Além do Cidadão Kane

segunda-feira, 26 de abril de 2010

LA CRISIS MORAL DE COLOMBIA

Por: Libardo García Gallego (Cogitando)


De acuerdo con los pragmáticos, lo importante son los objetivos,independientemente de los medios utilizados para conseguirlos, lo cual se resume en el aforismo “El fin justifica los medios”. Un excelente discípulo de Maquiavelo, Furibe, sus amigos, su bancada y su clase social, son ejemplo fehaciente de este modo de pensar. Los vimos durante 8 años supuestamente empeñados en derrotar el terrorismo cuando lo que de verdad les interesaba era amasar más fortuna para sus familias, sus amigos y la plutocracia, en general.Furibe, aunque siempre se derrite en oraciones patrióticas de amor por Colombia, a los que menos quiere es a los pobres, a los de abajo, la inmensa mayoría. Su irrespeto con el pueblo desborda cualquier calificativo. Para él los pobres (las familias en acción más muchas otras) sólo merecen limosnas, subsidios pasajeros, no trabajo estable y digno; los jóvenes pobres sólo sirven para defender los intereses de los ricos (policías y soldados), no para pensar, no para producir, no para crear. Los califica de héroes cuando tienen puntería y matan a sus paisanos. La degradación humana le importa un carajo, si con ella se alcanzan los resultados. Por eso sedan recompensas por delinquir: por entregar un miembro cercenado a un colega; por enlodar a un opositor, así sea con mentiras; por obtener positivos en las faenas militares, así sea matando civiles ingenuos y soñadores; por hacer estallar un petardo y luego denunciar un atentado terrorista; por aprobar una ley anticonstitucional; por cambiarse de partido; por liberar un delincuente,etc. Aún padecemos la presidencia de ese desalmadoquejándose de haber soportado una encrucijada en el alma.Lo peor que nos pasó a los colombianos en estos desgraciados ocho años fue haber recibido tan nefasto ejemplo moral por parte del gobierno: una instrucción carente de valores, una capacitación para los pequeños oficios, para la mendicidad y la traición, la apología del utilitarismo, de la competencia a muerte y del empirismooportunista. Así es el “país de propietarios” que nos prometió. Al pensamiento popular se le recomendó la adopción de nuevos antivalores, de nuevas formas de adquirir cosas, sin atender códigos éticos; de lograr fines sin importar los medios. El bien se ha confundido con la mojigatería. Según estas lecciones del amansa potros del Ubérrimo, la suya es la única forma justa y aconsejable de pensar y ver el mundo y la sociedad. Las personas debien son las ricas, los empresarios y la gente que respalda su modelo de Estado capitalista; los demás somos terroristas o simpatizantes del terrorismo. El señor de marras hace poco confesaba su preocupación porque llegara a sucederlo alguien que amainara la guerra porque un Presidente así limitaría las libertades y elemprendimiento. Cuando Furibe dice defender las libertades, no son todas ellas, la única libertad importante para él es la libertad de propiedad privada, la libertad de explotar a los demás, la libertad de acaparar ilimitadamente. Así piensa y actúa un capitalista neoliberal, sin cortapisas morales, y así se comportó como presidente, respaldado por una mayoría masoquista, “imbecilizada” (término acuñado por el maestro Carlos Gaviria), alienada física e intelectualmente.Como poco hemos estudiado la raíz del conflicto colombiano no nos atrevemos a romper con el modelo generador de la injusticia social; tratamos a las guerrillas como si sus integrantes fueran demonios y no personas que buscan un mundo mejor en un país enemigo de todas las formas de democracia real, así haya ingenuos que lo tildan de demócrata. Le tienen miedo al Movimiento Bolivariano que vienen impulsando los pobres de los pueblos hermanos de Latinoamérica porque le dan más credibilidad a los medios de comunicación de la burguesía que a los medios donde se expresan tales pueblos. Es la ignorancia elevada a la n potencia.Para los de arriba, la justicia social consiste en aceptar sin protestar que haya dos clases antagónicas y un gigantesco abismo entre ellas; ellos no aceptan bajarse de sus innumerables privilegios, redistribuir el excedente de sus riquezas razonables para crear una sociedad más igualitaria. Pero si la élite minoritaria y privilegiada, la oligarquía, es enemiga de este tipo de justicia, entonces qué espera de los pobres? ¿Que acepten los sufrimientos y carencias como resultado de una decisión celestial?. Que trabajen duro y largo a cambio de bicocas, que acepten los mendrugos ofrecidos por la “bondad” de los ricos, que no protesten por su miseria y en vez de ello oren sumisos en los templos? ¿Qué se dejen sacar impunemente de sus parcelas o finquitas e irse a subsistircomo parias en las cañadas?Aunque faltan unos meses para finalizar el mandato de la “seguridad democrática”, ya podemos ver algunos de sus resultados: las pandillas de delincuentes proliferan en todas las ciudades y regiones; las agresiones personales se ha disparado, hasta los niños se hieren y matan en las escuelas; la violencia intrafamiliar es mayor que hace un decenio; las violaciones sexuales son pan de cada día; en las cárceles ya no hay espacio para los delincuentes porque están repletas de inocentes sindicados de rebelión; a los coordinadores del sicariato se les da la casa por cárcel. Es que la violencia en Colombia no se combate con violencia sino con programas sociales que garanticen estabilidad digna a todo el mundo, y esos no se ven por ninguna parte. Es necesario desmontar laguerra pero dialogando sinceramente con la insurgencia armada. Sin justicia social, pero no como la piensan los de arriba, será imposible la paz.El terco Uribismo quiere otros cuatro años de lo mismo. Ahí verá Ud. si quiere engrosar la masa de los masoquistas que también quieren de lo mismo u opta por otro modelo de Estado.

Original em Sismo en la Red
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